COLOREANDO LO QUE SE VOLVIO BLANCO Y NEGRO

martes, abril 7

bar, whisky , noche en seattle

cruzo la puerta del bar, a paso lento se dirigió hasta la barra
-un whisky doble- dijo apenas en susurros.
Dejo caer una especie de maleta y se dispuso a sentarse, con las manos temblorosas buscaba algo en sus bolsillos, saco un cigarro y una cajita de fósforos, uno, dos, tres chispazos, pero nada, el fósforo no prendía, ha simple vista se notaba que estaba húmedo. Dejo a un lado el cigarrillo con la caja de fósforos y entonces su cabeza fue cayendo suavemente hasta llegar a la barra.
El barman que hacia sus piruetas puso a su lado el licor, sin mirar a nadie, sin dejar entrever su tristeza se tomo todo el contenido, dejo el vaso vació en el mismo lugar y volvió a poner su cabeza en descanso contra la barra.
Su vestido era color marrón y llevaba un abrigo corto que en ese instante le cubrían las piernas, era invierno en seattle, ella estaba de paso por la gran ciudad, solo llevaba a cuestas su maleta, un poco de dinero y un par de cartas de un novio tailandés que no veía hace un año.

-dos whisky dobles por favor- le dije al barman, mientras me sentaba al lado de ella, o ¿prefiere ud. un café?, le dije suavemente pero con la tonalidad precisa para que mi voz llegase a sus oídos
-¿ud me invita un trago?- su voz era como la miel, dulce, suave, inquisidora
-hace mucho frió y no creo que solo con un vaso de whisky pueda ud calentar el cuerpo
-pues de mi cuerpo me preocupo yo señor…
-diego
-pues señor die…
-no me malinterprete, solo es un trago, nada de compromiso-
Me miro de reojo, sentí que el cuerpo se me encendía, me vi en sus ojos y trate de que el tiempo se prolongase solo un poco mas, sus ojos veían mi alma, todo, en ese instante yo lo perdía todo
- entonces que el mío tenga solo un hielo-
Le sonreí y le pedí al barman que siguiese las instrucciones de la dama en cuestión, a su vez ella no me respondió la sonrisa
Nos tomamos en silencio el licor
-hey! Yo te conozco- dijo de repente- tu eres el que viaja a la luna, el piloto que lleva gente al espacio
-hee…No , yo solo reparo las naves-
-que lastima, siempre quise tocar mi saxofón en el espacio-
-tocar en el espacio? Y porque?
-es que quizás así puede que el sonido se propague tanto que las estrellas hagan una coreografía, y los planetas se alineen esperando su turno para bailar.
-suena genial-
-y cuando vamos?-
-cuando aprenda a tocar saxofón-
su repuesta me sorprendió, perdido por un momento, su risa me trajo a la realidad, le sonreí.

En el verano del 2039 una señora llamada Sofía toco “a night in tunisia “en el espacio, fue la pionera en este tipo de genero espacial. Sofía llevaba el mismo vestido marrón, seguía teniendo los ojos profundos, la vi por televisión y me hizo querer volver en el tiempo, tal vez ahora si me atrevería a pedirle su número telefonico.

2 comentarios:

susy dijo...

uuuy me hizo pensar en cuando te dicen que no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy!
creo que me arrepiento de no haber hablado en varias ocaciones....y haber dicho lo que pensaba o mejor dicho lo que SENTÍA.

buena reflejcción! y tu lore....
haz dejado pasar momentos así?
mmm creo que siiii jajajja

patha dijo...

chan!

buena preg srta nuñez!

que terrible es darse cuenta de q te arrepientes de no haber hecho o dicho lo debido en su momento justo... perder el tiempo es lo peor... xq no se puede volver a recuperar luego...

io llevo la reflexion a la amistad tbm... y no quiero dejar pasar el decrte a ti lore y a ty susy q me encanta ser su amiga... ke las quiero demasiado.. y espero nunca dejar que esta relacion tan grande de amistad termine o se apague!